INSULA

El lugar de Gonzalo Torrente Ballester
Número 780 . Diciembre 2011

 
 

Antonio J. GIL GONZÁLEZ / El lugar de Torrente Ballester (*)


 


(*) El presente trabajo se ha realizado en el marco de los proyectos de investigación Gonzalo Torrente Ballester (FF/2008-01615/FILO) y La producción del lugar. Cartografías literarias y modelos críticos (FF/2010-15699) financiados por el Ministerio de Ciencia e Innovación.


A más de doce años de su desaparición y recién transcurrido ya el año de su centenario, no parecerá inoportuno (como tampoco oportunista) que dirijamos con este número una mirada atenta, desde la segunda década del siglo XXI, a la trayectoria y la significación de uno de los escritores españoles más relevantes del s. XX, Gonzalo Torrente Ballester (Ferrol 1910-Salamanca 1999), y al estado en que se encuentra su estudio —al cual, al mismo tiempo, pretendemos modestamente contribuir.

El lugar en el canon

A diferencia de lo sucedido durante la mayor parte del s. XX y la vida del escritor, parece consolidado su lugar en el canon literario español, si bien una lectura con más detalle de los programas y manuales de Literatura, en relación a otros nombres de su generación, como Cela o Delibes, o, en cuanto a su dimensión renovadora de la novela española de posguerra, de autores posteriores como Martín Santos o Juan Goytisolo, manifestaría la persistencia de una posición discreta en el mismo, y no exenta del riesgo de la desatención o el olvido futuros. Y ello pese a no haber carecido en los últimos años de los instrumentos institucionales necesarios para combatirlos, tales como una fundación cultural, un grupo de investigación universitario, una revista académica o diferentes colecciones editoriales propios. El impacto de estos agentes en la última década, en cualquier caso, resulta evidente: si hasta hace 10 años, cuando se cumplían 30 años de La saga/fuga de J.B., una de las novelas más renovadoras y deslumbrantes del s. XX, la reedición de sus obras, así como las publicaciones críticas sobre las mismas, eran casi inexistentes, en la actualidad, a punto de cumplirse los 40 años de la publicación de aquella, la novela se ha reeditado sin cesar (véanse al respecto la edición de Carmen Becerra y Antonio J. Gil en Clásicos Castalia (2010), o la reciente de RBA (2011), con introducción de Santos Sanz Villanueva), ha aparecido asiduamente en los repertorios de mejores novelas del s. XX, se ha reeditado prácticamente la totalidad de su obra en distintos sellos originales (Alianza, DeBolsillo —aunque nunca se reanudase el proyecto inconcluso de su Obra Completa original iniciado en Destino—), han aparecido numerosas monografías y estudios críticos sobre su obra o se le han dedicado diversos congresos internacionales (Pontevedra, Poznan, Bérgamo, Kiel, Vigo, Munster, etc.). Finalmente, en 2010, su centenario, promovido por la Sociedad de Conmemoraciones Estatales ha supuesto un formidable espaldarazo a su difusión, en forma de publicaciones, reediciones, exposiciones, audiovisuales, etc. Pero de esta manera, con toda probabilidad, los factores contextuales han alcanzado, por lo que toca a Gonzalo Torrente Ballester, el grado máximo de su expresión. A partir de ahora, tenderán lógicamente a disminuir su intensidad y eficacia, y su obra, su significación y visibilidad pública habrán de sostenerse, en lo fundamental, por sí mismas. Y en un contexto internacional, crecientemente globalizado, que a tenor del escaso número de traducciones disponibles (ninguna al inglés, por ejemplo), le ha sido poco o nada favorable, pese a tratarse de uno de nuestros escritores más directamente conectados, como veremos, con las mejores tradiciones literarias europeas.

El lugar en el público y los medios

Resulta predecible que el espacio de esa visibilidad futura, como el de la literatura misma, sea cada vez más conflictivo en términos simbólicos y de prestigio social, con respecto a otros medios y otras narrativas más propicias a otros Torrente. Paradójicamente, también cada vez más dependiente de esos mismos medios con los que la literatura compite. Torrente Ballester, ha sido, en este sentido, un caso proverbial. Y pese a ello, no deja de resultar sorprendente que un escritor tan complejo y en ocasiones difícil, se convirtiese en popular en los años ochenta gracias a la televisión y al éxito de la adaptación de Los gozos y las sombras, producto de sus más tempranas y menos ambiciosas concepciones del oficio; ni que, pasadas tres décadas desde aquel momento, y prescrita la época de las adaptaciones de clásicos de la literatura española a la televisión, la inauguración de las emisiones digitales a la carta de Televisión Española correspondiese a dicha serie por encuesta popular. Este hecho, unido al moderado éxito del paso de su obra por el cine, alcanzado por El rey pasmado, deja abierta las puertas al proceso de adaptabilidad de otros de sus títulos, acaso cada vez más improbable. En una escala distinta, se pueden encontrar recientemente otras intermedialidades narrativas, como la novela gráfica de Jaime Asensi, Fragmentos de Apocalipsis, o la ilustración por parte de Miguelanxo Prado, máximo exponente del cómic gallego y español, de El cuento de sirena.

Los lugares críticos

Con el presente monográfico, pretendemos revisitar el estado de la cuestión de algunos de los lugares comunes en la crítica torrentina, y al mismo tiempo, afrontar algunos otros menos explorados o incógnitos hasta el momento. Para lo primero, hemos pedido su parecer a siete de los más prestigiosos teóricos, críticos o historiadores de la literatura española (D. Villanueva, J. M.ª Pozuelo, Á. Basanta, R. Senabre, F. Valls, César Antonio Molina y J. A. Pérez Bowie) y a tres autores representativos de momentos y estéticas diferentes de las literaturas gallega y española (Xosé Luis Méndez Ferrín, José M.ª Merino y Germán Sierra) en forma de encuesta y a modo de balance crítico introductorio.

Para lo segundo, presentamos aquí siete artículos que abordan sendas líneas de investigación no frecuentadas por la crítica torrentina: desde el relevante papel concedido al juego con los géneros narrativos populares, como el policíaco (Carmen Becerra), las relaciones con las poéticas americanas del realismo mágico (Arturo García Ramos), la función de lo fantástico como elemento sistémico en relación con los repertorios literarios gallego y español (Florentino Pérez García) hasta el tratamiento del erotismo en sus novelas (Marta Álvarez). Y ya relacionados específicamente con algunas de sus obras, en los tres trabajos restantes, Joana Sabadell-Nieto dará noticia del contenido del archivo secreto custodiado por la Universidad de Albany, sus diarios del período 1954-1964 reunidos bajo el título de Mi fuero interno, ya en proceso de edición transcurridos los diez años de su fallecimiento; Vicente Luis Mora analizará algunos de los procedimientos de objetivación narrativa presentes en La saga/fuga de J.B., y, por último, Domingo Ródenas demostrará inequívocamente la directa conexión del proyecto de Las historias de humor para eruditos, y de la poética torrentina en su conjunto, con el arte nuevo del modernismo y la novela de vanguardia de nuestra Edad de plata.

Con todo ello, se perfila cada vez con más claridad, y desde las diversas posiciones teórico, críticas o metodológicas empleadas, la figura histórica de un Torrente Ballester, no ya como el escritor solitario y siempre a contracorriente de las tendencias y modas dominantes, sino, paradójicamente, como el imprescindible eslabón perdido en la cadena de trasmisión de las mejores tradiciones literarias y renovadoras del modernismo, la experimentación formal, el juego metaficcional y la deconstrucción del relato posmoderno en la literatura española del siglo XX; y de quien logró hacerlo, rizando el rizo de la máxima dificultad, sin merma del interés argumental y del legado al imaginario colectivo de una galería de personajes —y de yoes— narrativos inolvidables.

A. J. G. G.—UNIVERSIDAD DE SANTIAGO DE COMPOSTELA. GRUPO DE INVESTIGACIÓN TORRENTE BALLESTER

 
 
 
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